¡Ya comienza la primavera! Y con ella una nueva etapa en el ciclo de la vid.
Conozcamos qué ocurre durante esta estación en Cuna de Tierra y las labores que se hacen para darle un mantenimiento adecuado a nuestras parras.
Durante la primavera comienza la brotación de la vid y es el momento de comenzar a guiar los sarmientos en los alambres de la espaldera, formando una canopia que nos permitirá una correcta fotosíntesis de la hojas.
Esto nos permitirá mantener la estructura del viñedo, así como regular los rendimientos que nos hemos propuesto. Se busca conseguir un microclima en la planta para conseguir la máxima exposición de la fruta, que vendrá, a la luz solar y la aireación necesaria para evitar enfermedades del viñedo, especialmente en ésta región donde las lluvias comienzan en mayo.
Los trabajadores comienzan espergurando o desmamonando los brotes indeseados en distintas partes de la vid, de tal manera que no haya hojas y ramas indeseadas y la energía de la planta se concentre dónde queremos.
La estrategia a seguir depende siempre de las condiciones climáticas que van surgiendo y varían año con año. Es una labor manual y muy dedicada, que requiere de una buena formación. Es por eso que en Cuna de Tierra mantenemos una mano de obra permanente y prescindimos de trabajadores temporales.
Otra de las labores que realizamos en primavera es el despunte. El despunte también es muy importante, aquí cortamos poco a poco las puntas de las yemas o sarmientos. El primero se realiza porque la unión de los sarmientos con el pulgar están muy tiernos y el viento puede tirarlos. Además nos ayuda a detener su crecimiento y así adelantamos el desarrollo de los nietos que son los brotes no fértiles que salen en el Sarmiento principal y quitaremos los más cercanos al racimo,cuando alcancen unos 15 centímetros, permitiendo mayor aereación.
En resumen, la primavera es cuando las cepas han despertado de la parada vegetativa del invierno y han comenzado a brotar y nos llama a eliminar parte de la vegetación de la cepa para concentrar todo el potencial de crecimiento y óptimo desarrollo en los brotes con racimo, así como la correcta guía de los brotes para conseguir la cantidad y calidad deseada.
Todas éstas labores, además de facilitar la cosecha, ayudan a conseguir nuestros objetivos de calidad del fruto, labor indispensable y principal para conseguir un vino de calidad. Ahora entendemos mejor porqué las añadas son tan importantes en los vinos y cómo la labor humana influye en ellas.
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